17/10/10

EL MONTCLAR Y BIURE DE GAIÀ. Ruta de Senderisme.

"Son tres quarts i mig de vuit del matí quand arribem al punt d´inici de la nostra ruta... Encara és força fosc, pèro sembla que comença a clarejar una mica.
En aquestes hores tan màgiques del día, tot resta ben quiet. Només semblen bellugar suaument algunes boires que fumeigen de determinats punts del terreny. Enmig d´aquesta quietut corprenedora, i mig a les fosques, els ocells hi comencen a cantar a preu fet."
Así comienza la descripción de esta ruta, realizada por nuestros guías  Xavier Bayer y Cisco Guash del libro " Itineraris de natura pel Gaià, el Foix i L´Anoia ".


 Biure de Gaià, al matí, molt aviat...

 ... Y así comienza mi ruta el 11 de octubre de 2010. Del Montclar a Biure de Gaiá, la segunda ruta de senderismo programada.
Dejo nuevamente en cama a la señora y los niños y llego a mi destino, Biure de Gaiá  a eso de las 9 de la mañana.


Esglèsia de Biure de Gaià.

Es una mañana fresca, totalmente nublada, silenciosa. La naturaleza tarda en despertar, pero allí está, junto al escudo de la Iglesia. Un zumbido presuroso me alerta de que allí hay un enjambre de abejas, las guardianas del recinto. Se mueven presurosas alrededor de la abertura del muro.


Junto al escudo, el enjambre.


Las "guardianas de la Iglesia "

Comienza la excursión a lo largo de la callejuela solitaria. Sólo el ladrido lejano de algunos perros rompe el silencio de la mañana. El objetivo es el Montclar, altura 947 mt. y de allí, siguiendo la ruta circular, llegar de nuevo a Biure.


Al salir de la población se encuentra ya el pintoresco camino hacia la "Font de Biure". No tiene desperdicio. Frondoso, todo verde, húmedo... el riachuelo pasa justo por aquí.Y aquí l lado viven varios "anecs collverd". Tienen su casita junto al agua.


"Camí de la font"

La "font de Biure"

Varios "anecs collverd" viven cerca de la "Font".

A medida que me voy alejando por el camino rural que transcurre de Biure a Pontils, vemos empequeñecerse el impresionante y señorial castillo que se alza a lo alto de la  población.




A ambos lados del camino crecen multitud de diferentes plantas y arbustos con nombres la mayoría desconocidos para mí. El ambiente se respira plácido.


" Roser caní a la tardor.



¿Qué se siente a estas horas de este día nublado andando por esta ruta?. El olor a tierra mojada, el silencio lejano, la tremenda paz,  la vida, todo llena una inmensidad. 
Sólo se oye el trinar de los madrugadores pájaros que no adivinamos precisamente por su presencia. Los pasos del solitario excursionista me producen no sé que tipo de sensaciones. 
Llego a un desvío del camino.  Va a Les Piles y Guialmons. Sigo recto dirección a Pontils.
Un enorme "Menhir" se encuentra junto a la ruta y sorprende por su tamaño y situación.




¿Se trata de un menhir?

Sigo plácidamente la ruta en suave descenso. A ambos lados olorosos pinares y campos cubiertos por multitud de florecillas que dan encanto a este rincón otoñal.




El riachuelo, el llamado "torrent de Biure", nos sigue acompañando al lado del camino. En un momento dado, se cruza con el "torrent de Sant Miquel". Bajo por un camino para sacar esta fotografía desde su lecho.
Tres perdices levantan su vuelo junto al agua, en el momento que me acerco. Todo tiene su encanto.




 Vuelvo a la ruta y levanto la vista. Allá a lo lejos, las brumas matinales cubren el Montclar y de vez en cuando dejan entrever su cumbre. La imagen nos recuerda un remoto país, pero estamos en el nuestro.


El Montclar cubierto de la bruma matinal

Arbustos de diferentes tipos se encuentran junto al camino. Me es difícil identificar su tipología. Este de la foto, constituye un interrogante.




Llega el punto de dejar la dirección de Pontils y desciendo hacia el Torrent de Sant Miquel, que cruza el camino. Consigo cruzar con dificultad su cauce. A causa de las lluvias de los últimos días se halla bastante crecido. Aprovecho el abundante ramaje torcido de sus orillas. Aún yendo con extremada precaución, en el último momento, mi pié queda sumergido por un momento en el agua y levemente empapado, pero estoy ya al otro lado.




La ruta sigue un poco embarrada, pero mejora en intensidad. El olor sigue siendo una constante, y el murmullo del agua que transcurre a nuestro lado, nos acompañará aún un rato.




Decido parar a descansar y  aprovecho para desayunar. Me siento cerca del agua del arroyo, una zona rodeada de "pollancres i saücs" . Las primeras hojas del otoño han caído al suelo y forman un manto vegetal junto a las crecidas hierbas del margen de aprovecho para sentarme.
El torrent de Sant Miquel transcurre plácido en dirección al Montclar. El correr del agua con su sonido inconfundible se mezcla con el trinar de la multitud de espécimenes de pájaros que viven en el entorno.  




Sigo la ruta. Voy cruzándome con más arbustos repletos de bayas. El camino es muy plácido y bonito. Me voy acercando al Montclar que sigue cubierto de bruma.




El Montclar entre brumas



El tronco de un  árbol al lado del camino, se encuentra prácticamente cubierto de esta planta que tampoco sé identificar, pero que sorprende por su envoltura característica.




              
      


La pista por dónde discurre la ruta,  sorprende por la eclosión del suelo dando lugar a setas que se denominan " bolet  forner" por su característico color blanco parecido a la harina. El suelo está repleto de ellas. Surgen espontáneamente por todas partes.


"Bolet forner"

Hacia el bosque,  una nota de color a contraluz. Florece el "romer", el "bruc", y multitud de plantas arbustivas. Un pequeño paraiso.
Pero hoy sí, he podido ver con los prismáticos algunos pájaros entre las zarzas y los árboles. No sé si era alguna "mallerenga" pero creo que he identificado al "pit roig". Seguiré observando...
.



La temperatura ha aumentado. La chaqueta empieza a sobrar. El Montclar está más cerca. Entre sus peñas podemos ver, medio escondida, la silueta de su ermita. Seguimos adelante...
Encontramos una casa abandonada  a los pies de la montaña. Allí cerca, un centenario roble es testigo del transcurrir del tiempo...




Un encharcamiento del camino aprovechado por los "porcs senglars" para revolcarse. Se advierten sus huellas recientes.



Huellas de "porc senglar"

Llego por buena ruta. No me he equivocado. El indicador me señala la dirección. Aquí termina el camino y comienza el empinado sendero que concluirá en la cima del Montclar. Allá vamos...




El Montclar y la ermita de "Sant Miquel"

El pequeño sendero



La ermita junto a los restos del castillo, o mejor torre de vigía, se va acercando. El sendero es empinado pero fácil. De vez en cuando transcurre por pasillos arbóreos, cubiertos de exuberante vegetación.




El Montclar está formado de conglomerados. Desde lo alto, me recuerda una típica montaña que está en mente de todos. Desde aquí, la vista comienza a ser extraordinaria.


El Montclar, com Montserrat.

Finalmente, llego a la cima. Creí no encontrar a nadie pero me equivoco.Dos jóvenes han subido también por el otro lado y hemos coincidido al mismo tiempo en la cumbre. Hablamos un rato.
Sorprende encontrarnos con esta ermita,del siglo XI que se conserva en buen estado gracias a las  pequeñas restauraciones que se han ido haciendo.
El "castillo" , formaba parte de la llamada "Marca Hispánica" y es de la misma época  que la ermita. Está situado en este lugar tan estratégico para controlar estas tierras del "Alt Gaià" y prácticamente todas las tierras de la "Conca de Barberà". Se tienen referencias de él hacia 1013 cuando era posesión del linaje de los Sal.la.
Me pregunto ¿cómo se ha construido todo esto en un lugar tan inaccesible?.
 

Sant Miquel de Montclar

Vèrtex geodèsic del Montclar.

Llego por un sendero al otro extremo. Allí un vértice geográfico nos indica el punto más elevado de la montaña. La ermita, al fondo.
Después de las acostumbradas fotos de rigor, decido regresar y sentarme junto a la ermita.  De la mochila descargo los enseres habituales. Es hora de comer, y como bien se sabe, una buena lata de mejillones en escabeche y un crujiente trozo de pan, en tan característico enclave,  hacen las delicias de este que os relata la excursión.

Pan y lata de mejillones. Esto aprovecha.

La vista es fantástica. Con unos prismáticos hemos visto Montserrat a nuestra izquierda. Al otro lado el mar Mediterráneo. Frente a nosotros el "Puig Formigosa" y el "Montagut", a cuyos piés se ve lejana la ermita de Montagut. Será pronto un nuevo destino...
Al otro lado de la montaña,se ve a lo lejos Santa Coloma de Queralt, Aguiló, Savallá del Comtat,  Conesa,  Montblanc, etc, etc. La mirada se pierde y no decepciona.
Me acuerdo al ver "El Formigosa" de nuestro personaje Joan Senserric que vive allí en su casi derruida masía y al que denominé "El último habitante".
El que desee más información sobre este personaje, no puede perderse el capítulo de nuestro blog dedicado íntegramente a el.

Puig Formigosa y el Montagut

Son cerca de las tres de la tarde. Decido volver ya a Biure. Frente a mí, el sendero desciende hacia el otro lado de la montaña.

El sendero se pierde a lo lejos...
Sant Miquel de Montclar , solitario....

El descenso por la montaña discurre por un destrozado sendero y  por unas vertientes empinadísimas de alguna dificultad. Las piedras resbalan hacia abajo y el paso es algo complicado. En lontananza, al fondo de la montaña vemos ya el pueblo de Biure.Llegamos a un cruce donde el sendero se hace pista. Un indicador nos señala el camino a seguir. Nuestro destinoestá cada vez más cerca. Aprovecho los momentos del camino para disfrutar y respirar naturaleza.



Al llegar a Biure, me encuentro con la enorme puerta de hierro que cierra el paso al gran recinto del castillo. Realmente es muy bonito, y sorprende encontrar un edificio de estas características, tan bien conservado en un lugar cómo este. El enorme jardín está custodiado por una verja que lo rodea, y por dos enormes mastines blancos que, de lejos, parecen bastante inofensivos.




Castillo de Biure de Gaià

Una señora del lugar que ha salido a pasear su perro, que no ha parado de molestarme oliendo por todos lados, me informa que este castillo ahora es propiedad de un veterinario de Barcelona. Parece ser que este ya no ejerce su profesión y  se dedica plenamente a  restaurar las salas y dependéncias. Me dice también que cuando haya terminado este trabajo, va a realizar una visita y lo va a mostrar todos los vecinos del pueblo.
     
                       



Aquí finaliza la ruta. Me encantaría poder visitar las dependéncias del castillo. Es más, me encantaría vivir aquí, cerca del Montclar, para ir recorriendo estos lugares tan cercanos a Santa Coloma de Queralt, y que tanto me atraen. 
En Biure de Gaià, sería el conde de Franclips, o el barón de..., o no sé...
Bueno, termino. Hago una última foto a una característica veleta que me llama  la atención. Señala hacia algún lugar. Creo que me dirigiré hacia allí para una próxima excursión.
Tengo muchos caminos que recorrer. El tiempo transcurre rápido y no se detiene..
                                


Seguiré caminando...