24/11/12

PUIGSACALM. SANT PRIVAT D´EN BAS. SANTA MAGDALENA. PUIG DELS LLOPS. CIM DEL PUIGSACALM. SALT DE SALLENT. Ruta de Senderisme.


Dissabte. Son las 9:30 del matí. Ens trobem a Sant Privat d´en Bas municipi de la comarca de la Garrotxa per començar una ruta que ens portará fins el cim, del Puigsacalm.
La Vall d'en Bas, conforma una unitat geogràfica i paisatgística de primer ordre. Serrats, carenes encinglerades com les de Cabrera dels
Llancers,de Freixaneda o el Puigsacalm, envolten prats i boscos de faigs, alzines i roures fins arribar a la plana d'en Bas.
El Puigsacalm i el massís de Santa Magdalena formen una de les siluetes més característiques de l'entorn. Des dels seus cims amb una alçària de 1.515 metres es pot gaudir de magnífiques panoràmiques sobre bona part de Catalunya.


Pista hacia Can Turó.

Comenzamos la ascensión partiendo del pueblo de Sant Privat d´en Bas, en la pista forestal que nos lleva hasta el restaurante Can Turó, situado ya de pleno en un entorno natural privilegiado.





La temperatura debe ser de unos 10º con un viento bastante pertinaz, que cesa a medida que nos vamos internando en el bosque y comenzamos la subida que desde el primer momento mantiene ya un buen desnivel.


Can Turó.



La temperatura debe ser de unos 10º con un viento bastante pertinaz, que cesa a medida que nos vamos internando en el bosque y comenzamos la subida que desde el primer momento mantiene ya un buen desnivel.




Nos adentramos en un bosque muy tupido bordeado de árboles enormes y con un sendero lleno de grandes lajas y rocas escalonadas cubiertas de musgo y líquenes.


Como un bosque del Carbonífero...

Las hojas otoñales cubren todo por todas partes. Hojas y más hojas de un colorido espectacular tapizan el suelo de toda la montaña. 


Fotografiando... hojas... y mas hojas...

... y hojas...



A medida que vamos subiendo nos encontramos ya con un verdadero bosque de hayas, con sus largas ramas retorcidas,  movidas violentamente por la ventisca que de vez en cuando asoma por cualquier recodo del sendero. La avanzada estación otoñal y este viento que sopla con bastante fuerza, ha hecho que estos espectaculares árboles hayan perdido casi todas sus hojas.





... Y pisando hojas...



En unas rocas, por no decir hojas, del sendero decidimos hacer un descanso y aprovechamos para el desayuno. Son cerca de las 10:45 de la mañana.
Y cómo no, el entorno otoñal ofrece un marco incomparable para la degustación de la imprescindible “coca amb xocolata.


La coca amb xocolata. (Bodegón otoñal).



Una cruz en el camino.

Caminando entre hojas... de nuevo...

Seguimos avanzando con fuertes rampas… y siguen las hojas y más hojas… resbaladizas muchas veces, escondiendo trampas bajo ellas.
Preguntárselo a mi acompañante… que en un pequeño despiste cayó dándose un fuerte golpe en el muslo con una raíz que ocultaba el suelo…





Las grandes hayas nos rodean.



Señalizando la ruta...

Llegamos a un claro bastante amplio, la ermita de la Verge de les Olletes donde aprovechamos para realizar, ¡como no! unas cuantas fotos.




Como su nombre indica... Les Olletes.

 El lugar es tranquilo y agradable, rodeado de una tupida vegetación. Sorprende la gran roca que protege mediante una reja la entrada a una capilla de devoción mariana.
La antigua capilla recibía tantas hileras de devotos que propició entre 1855 y el 1895 la excavación de una cueva aún mayor en la roca viva de la montaña, quedando a cinco metros de alto por ocho de profundidad y 4 de ancho.


Cova de la Verge de les Olletes.

Una imagen de alabastro de la virgen reposa en su interior, y en la parte superior de la reja de la entrada hay forjadas unas ollas pequeñas que han dado lugar al nombre de este santuario.


Retaule.


Desde Les Olletes.

A pocos metros de la capilla un sendero nos acerca a la “font de les olletes”. 




Bolets en el faig.

Detall.





Seguimos ruta ascendiendo de nuevo y disfrutando el trayecto. Nos vamos cruzando con algunos senderistas.


Contemplación hacia el Puigsacalm.

Llegamos finalmente a un cruce de caminos. Hasta aquí ha sido la parte más complicada de la ascensión. El indicador nos da a elegir: a la izquierda se encuentra la ermita de Santa Magdalena. A la derecha la ruta sigue hacia el Puigsacalm.


Cruce de caminos.



Nos decidimos a explorar y vamos en primer lugar hacia la ermita de Sta. Magdalena.



Los prados de Sta. Magdalena.

Extensos prados rodean la solitaria edificación. A lo lejos grandes panorámicas para disfrutar de un espectáculo inolvidable.


Ermita i refugi de Sta Magdalena.




Junto a la ermita se encuentra el refugio Emilio Triadú, que había sido una antigua granja. Para utilizarlo es necesario ponerse en contacto con el ayuntamiento. Parece un buen lugar para pasar la noche.


Detall del campanaret.

Una pareja de senderistas se han refugiado en una estancia abierta del edificio y dan cuenta de un copioso desayuno. Unas brasas agonizantes en una chimenea de la habitación, indican que alguien ha pasado la noche en el refugio.



La vall d´en Bas.

Seguimos la ruta y ahora vamos ya directos hacia el Puigsacalm. Volvemos a ascender. 






Nos cruzamos con algunos intrépidos excursionistas que nos alertan del viento y el frío que hace allá en la cima. Encontramos otro indicador que marca 45 minutos hasta la cumbre.


Hacia el Puigsacalm.

Volvemos a cruzarnos con otros senderistas. Uno de ellos llama la atención y nos ofrece una curiosa estampa.

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El perrito "comodón".

Grimpand.



Plácido sendero de hojas...

El haya triple.

Pisando hojarasca.



El ambiente invernal y la niebla nos rodean ya en un recodo del camino. Subimos por entre los hayedos desnudos abatidos por el viento.


Camino hacia la cumbre...



Ante nosotros aparece la primera cumbre, el Puig dels Llops con una gran vista de la vall d'en Bas.
Decido llegar hasta la cumbre. Mi compañero me espera junto al camino, y asciendo vertiginosamente entre la niebla y la gran ventisca.
En pocos minutos llego a lo alto del puig dels Llops. El lugar parece propicio para que el hipotético lobo pueda situarse para aullar a la fría noche invernal.


El puig dels Llops. Com al Nepal.

Un par de fotos y regreso ya que no puede soportarse el frío y la violencia del viento.


En el puig dels Llops.

 Volvemos a la cresta para afrontar la última subida que nos llevará al Puigsacalm.



Entre la niebla...




A través de la espesa niebla vemos la elevación del punto geodésico de la cumbre. Hemos llegado a los 1515 mt.


Arribada al Puigsacalm...

Desde la cima y debida a la espesa niebla, no podemos ver desafortunadamente el Pedraforca, el Canigó, el Montseny, Cabrera y toda la comarca de la Garrotxa.




 Una pareja de senderistas llega casi al mismo tiempo que nosotros a la cumbre. Aprovechamos su llegada para que nos hagan unas fotos.


Els dos expedicionaris, al cim del Puigsacalm.

Con otro senderista.

La Creu i loa boira. Cim del Puigsacalm.

El viento y el frío sigue muy intenso. Decidimos seguir la ruta ya que nos queda aún mucho trecho por recorrer. Son las 3 de la tarde. Algo no marcha bien. Según mis cálculos vamos muy justos de tiempo. A las 6 de la tarde, la noche ya ha caído. Nos habíamos llevado comida pero ahora era imposible detenernos.
Sin perder tiempo, bajamos del Puigsacalm hasta encontrar un cruce de caminos.
El indicador marca hacia el “coll de Bracons”, el otro Sant Privat d´en Bas.




Nuestro track nos enfila vereda abajo por entre los hayedos, por un sendero perdido entre las hojas de los árboles.


El sendero discurre entre los árboles.

Intentamos seguirlo pero resulta muy dificultoso… y de nuevo resbaladizo ya que bajo las hojas hay agua encharcada en algunos lugares.
Las caídas por tanto, son numerosas… las prisas aceleran nuestros pasos.




A medida que vamos descendiendo nos vamos encontrando más dificultades ya que el sendero va desapareciendo sepultado completamente entre la otoñal vegetación.


El dificultoso descenso.

Siguiendo el track.


Llegamos finalmente a otro camino más llano. Cruzamos un pequeño riachuelo que baja de la montaña y seguimos hasta llegar a una indicación que nos va a llevar a Sant Privat d´en Bas por el famoso “Salt de Sallent”. A estas horas de la tarde, poco podemos imaginar dónde vamos a meternos. Estamos a 1000 mts. de altura y tenemos que descender hasta 600 mts.




Camino a seguir.

Llegamos a las aguas de otro riachuelo que se caen desde un impresionante precipicio de roca al que no me asomo por el peligro que conlleva. Es el famoso Salt de Sallent.


El agua precipitándose...

... al vacío.

Y comienza un vertiginoso y acelerado descenso por un sendero tortuoso que nos obliga a cogernos entre el ramaje para realizar algunos pasos complicados. El tiempo inexorable va avanzando y ocultando la luz lentamente…
Quizás sea esta la parte mas dura del recorrido ya que debemos superar el gran desnivel en relativo poco trecho. La disposición de las piedras en forma de peldaños y algunas cuerdas dispuestas en los tramos mas complicados nos facilitan la tarea.
En un recodo del camino podemos observar el “Salt de Sallent" en toda su magestuosidad. El agua se precipita a mas de 80 mts. de altura. Nos recuerda la selva africana.


El impresionante "Salt de Sallent".

Como en otro lugar del mundo...

Seguimos bajando con dificultad y llegamos finalmente al cauce del río. Aquí perdemos nuevamente el rastro del camino. El track parece llevarnos por el cauce de grandes rocas que al poco nos impiden el paso. El ocaso comienza a cerrar el cielo. La angustia se acrecienta… no encuentro el camino… empieza a asomar la idea de tener que pasar la noche a la intemperie. Mi acompañante está casi rendido pero sigo buscando entre las rocas y la maleza que bordea el río.
Mi compañero me dice desde el otro lado del río: “lo siento pero no puedo ayudarte. Estoy muy cansado…”
Sigo desesperado…nervioso… , voy de un lado a otro, entre la vegetación y los troncos caidos, entre las grandes rocas…, pero sí… allí parece que puedo situar de nuevo el track sobre un sendero… si… rápidamente lo seguimos. Volvemos a animarnos. La tensión baja algo a medida que vamos avanzando, mientras el cielo se va cerrando.
A los quince minutos descubrimos un coche en una abertura del bosque. Son unos cazadores que están recuperando sus perros. Nosotros los habíamos encontrado mucho más arriba cuando bajábamos hacia el río. Seguimos sin perder tiempo.
Al poco nos vuelve a llegar el rumor de un coche tras nuestros pasos. Se trata de los cazadores. Nos dejan subir justo cuando es ya de noche. A los 200 metros llegamos de nuevo al punto de partida. Allí se encuentra nuestro solitario coche. Son las 6 de la angustiosa tarde. El susto ha pasado… por suerte…


La noche y la luna...

 Y allí podemos reponernos un poco. Nos habíamos llevado algo de comida pero el apremiante tiempo nos había impedido comer.
Ahora al fín ha terminado la pesadilla. Por un lado, nos queda el buen sabor de este gran entorno paisajístico que es el Puigsacalm, y por el otro unos difíciles momentos que siempre vamos a recordar.
El desnivel total de la ruta es de 900 mts. y 12 Km. de recorrido. Como se dice en el argot, bastante exigente.

El track lo hemos descargado de:
http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=98879

Ruta realizada.