11/5/13

EL MONTMELL. CAL MAGÍ VIDAL. LA TALAIA. CREU DE MONTMELL. CASTELL DE MONTMELL. ERMITA DE SANT MIQUEL. MASÍA DE TORROSSOLLA. Ruta de Senderisme.

Ruta sorprendente, sin más paliativos, la que este sábado he decidido realizar en solitario para el reencuentro con el consciente interno.
En efecto, se trata de una ruta del libro de Xavier Bayer y Cisco Guasch "Massís del Garraf i Conques de L´Anoia, del Foix i del Gaià", un clásico de siempre que nunca defrauda.
Y esta vez me he equipado también con un nuevo acompañante, el navegador "Twonap" que decido estrenar sin el previo conocimiento que exige un artilugio de esta clase.
El inicio de la ruta se hace esperar ya que no logro encontrar el punto de salida que se encuentra en el km. 13 de la carretera de Aiguaviva (Tarragona) a Can Ferrer. Carretera arriba y abajo, he tenido que preguntar a un par de personas la ubicación de este objetivo desconocido para mí.
Y este punto de salida se encuentra cerca de una cantera ya abandonada y concretamente en la masía de Can Magí Vidal que desde la carretera aparece orgullosa sobre una pequeña colina.


Can Magí Vidal.

Dejo el coche en la pequeña era contigua a la gran edificación y comienzo el recorrido bastante avanzado de hora, ya que son cerca de las diez de la mañana.
Rápidamente enfilo por el camino en dirección al punto mas alto del Montmell, La Talaia.






El sendero ascendente está rodeado de una tupida vegetación que resulta muy fotográfica con ese sol que se deja escapar entre los árboles.


A contraluz...

Por el sendero primaveral...

 A medida que voy ascendiendo, comienzo a disfrutar de grandes panorámicas ya que el día es nítido y luminoso.



A medida que voy subiendo, el terreno es cada vez mas pedregoso. Enormes bloques van cerrando el sendero.




Al lado del sendero se encuentra un enorme pino que ha evolucionado en tres, con el nombre de "Pí de les tres soques". Realmente es asombroso.


"Pí de les tres soques".


A lo lejos se destaca el edificio de la iglesia románica de Sant Marc. En la distancia, se parece más a una masía que a una ermita. Y por detrás, se adivina el pueblo abandonado de Selma, pálido como si de un muerto se tratara, sobre un promontorio de ruinas solitarias, silenciosas y abandonadas.

Ermita de Sant Marc y... Selma.

Hace años realicé una ruta a este pueblo y en aquella hora avanzada de una tarde de agosto, me vienen a la memoria remembranzas que el tiempo ha borrado. Aquella gran soledad me fascinó y me inquietó al mismo tiempo. (Ver en el indexado de este mismo blog "Pobles abandonats").


Selma... lejanía y soledad...



Frente a mí se alza La Talaia del Montmell situada a 861 mt. de altura con vértice geodésico incluido. Asombra ver hacia dónde me encamino...


La Talaia del Montmell.



Quince minutos serán suficientes para llegar a la solitaria cumbre... pero... la cumbre no está solitaria... se encuentra llena de gente... con copas y vino, celebrando algo.
Parece ser que han subido desde el pueblo de La Juncosa de Montmell, población que se adivina allá a lo lejos. Y van bebiendo y brindando mientras hablo con alguno de ellos. 
Y van subiendo más y más gentes, uno con tambor incluido. En fin, toda una algarabía que parece no tener fin.
Decididamente con tanto movimiento, decido que no es lugar apropiado para desayunar.


Grandes vistas y vino en la Talaia del Montmell.

Esta es la montaña más alta de Baix Penedés. Desde aquí se puede contemplar toda la comarca y diferentes zonas de Catalunya, prácticamente de punta a punta, desde el Pirineu fins al Delta de l´Ebre.


Dejo La Talaia del Montmell y voy siguiendo por la cresta de la montaña. El paisaje es magnífico, sorprendente, fascinante... y cuando ya ha pasado el numeroso grupo de gente con el que me he ido cruzando, decido hacer la parada obligatoria para el desayuno. Hoy parece que se ha hecho esperar ya que son casi las once y media.
¿Qué hay para desayunar?. Una imagen es mejor que mil palabras...






Y la excelente "coca amb xocolata" toca a su fin... ¿Qué más se puede pedir?... una naranja...


Objetivo conseguido...

Todavía sigo viendo a lo lejos algún rezagado de la extensa comitiva. Seguramente cuando lleguen el vino se habrá terminado.

Los rezagados...


Sigo avanzando por el lomo de la montaña. A lo lejos comienzo a vislumbrar los siguientes objetivos de esta magnífica ruta: La Creu de Montmell i el Castell de Montmell.


La Creu i el Castell.

El sendero discurre plácido entre vegetación arbustiva de cardos, flores y romero.




El Castell de Montmell es anterior al siglo XI y formava parte  de la Marca Hispánica.
El sendero desciende dificultosamente por entre las rocas que hay entre La Creu i el Castell.

El Castell de Montmell

La Creu del Montmell es de cemento y años atrás se iluminava mediante una línea eléctrica que llegaba desde el pueblo de Juncosa. Toda una larga y difícil conducción que ahora ya no funciona.




Decido subir al castillo. Una empinadísima senda que me obliga en algún momento a escalar grandes piedras, me conduce en poco tiempo a la plazoleta del castell.


Alzándose entre las rocas...



Sólo quedan pequeñas ruinas de la antigua fortificación. La torre rectangular es sólo un montón de piedras superpuestas en precario equilibrio.




Junto a las ruinas se encuentro motivos fotográficos de excepción.




Desde esta atalaya se puede ver entre los árboles la església nova de Montmell, a la que me dirigiré una vez hay descendido de este lugar.


Entre la arboleda, la església nova.

Pero la montaña ofrece otros sorprendentes aspectos. En un recodo del sendero se ve entre las rocas y pegada a la montaña la ermita de Sant Miquel de Montmell. 


Sant Miquel de Montmell

Antiguamente, los fieles que no residían en el castillo debían ascender a esta iglesia para satisfacer las necesidades espirituales, pero hoy ya es otra cuestión. Ahora se sube a la ermita para contemplar esta relíquia del pasado.






La antigüa iglesia de Sant Miquel, es de una sola nave y bóveda de cañón. Fue construida hacia el siglo XII. Está excavada en parte en la roca de la montaña donde queda encajada. Fue restaurada en 1953.




Portalada.

Nau interior. Sant Miquel de Montmell.

Desde este lugar, la vista también es muy espectacular (también rima).




Desciendo al fin por el pedregoso sendero y llego a una explanada donde se encuentra un área de "lleure i picnic". Aquí se alza la nueva iglesia, también dedicada a Sant Miquel, que se edificó en el siglo XVI y que ahora se encuentra también bastante maltrecha.


Església Nova de Sant Miquel.

Sigo ahora por un evidente camino en busca de un desvío que me va a llevar al siguiente destino de la ruta. La gran masia de Torrossolla.
Pero las circunstancias a veces no ayudan lo que debieran y juegan al despiste. Esto hace que este bloguero senderista no encuentre el camino adecuado y que se vaya alejando en dirección contraria. Ni el nuevo "Twonav" ni el libro de ruta ayudan a descifrar el enredo.



Una masía habitada que se encuentra junto al camino acoge a este senderista que logra con las explicaciones de su dueño situarse sobre el plano. 
Y finalmente encuentro la buena ruta hacia Torrossolla.

La gran masia de Torrossolla.

Llego a la masía de Torrossolla. Son cerca de las dos de la tarde. Los campos que la rodean han quedado abandonados hace ya mucho tiempo.



Cerca de la casa se retuerce un enorme pino abyecto y pertinaz, que ha sobrevivido a las inclemencias de los tiempos.



Una gran puerta con arco de medio punto da acceso a la casa, de perímetro rectangular y de considerable altura. Su interior debe tener muchas escaleras y habitaciones.
Parece que hace unos años la gente podía entrar a sus anchas por el recinto ya que en su interior se conserva un molino de piedra para la obtención de aceite.




El reloj de sol sigue señalando las horas, imperturbable.


Relotge de sol. Masia de Torrossolla.

Portalón. Masia de Torrossolla.







Desde Torrossolla se puede ver perfectamente La Talaia del Montmell. Hace poco mas de tres horas me encontraba en su cima.


Talaia del Montmell.

Y sigo por el último tramo del camino hacia mi destino final. El ensayo del GPS es sólo el principio ya que hoy, solamente me ha ayudado a tranquilizar el ánimo.



Per l´antic camí de Torrossolla.

Ya veo entre los árboles la masía de Can Magí Vidal, punto final de esta interesantísima ruta llena de objetivos y agradables sorpresas paisajísticas y arquitectónicas.



Resumiendo, ruta muy recomendable y solamente son 8 km.

Ruta realizada.


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