19/5/13

GERRI DE LA SAL. SANTUARI D´ARBOLÓ. RIALP. Ruta turística.


Gerri de la Sal, en la comarca del Pallars Sobirà, está situado entre los desfiladeros de Arboló y Collegats. Se encuentra junto al río Noguera Pallaresa, en medio de los salares que han dado nombre a la villa, y que tiempo atrás permitieron que fuera una auténtica potencia económica gracias al comercio de la sal.


Gerri de la Sal.

Y aquí hemos llegado dispuestos a disfrutar de una mañana bien aprovechada. Un gran puente románico cruza el río que baja abundante y crecido debido a las lluvias abundosas de las últimas semanas.



El Noguera Pallaresa.

Un portal conduce hacia el puente del siglo XI.




He aquí el cuerpo de guardia avanzando por las calles empedradas de  Gerri de la Sal.


La comitiva.

Una foto de toda la peña, para la posteridad y deleite narcisista de los integrantes.




Nos dirigimos en comitiva hacia el famoso Monestir de Santa María de Gerri de la Sal. Los típicos indicadores de ruta así nos lo hacen saber. No obstante no hay pérdida ya que se encuentra junto a la población, y su torre se puede divisar desde lejos.




Santa María de Gerri de la Sal.

Junto a los muros del Monestir, se encuentra un cementerio bastante curioso. Lo recorremos con cierta sorpresa. Se respira un aire silencioso, de soledad. Todo se junta al prolongado sueño eterno que descansa en la tierra claustral.

 


Mudos testigos que quizá contemplen al caminante que observa con respeto y devoción los sepulcros que abraza el tiempo efímero.
Gentes desconocidas, nombres, recuerdos... depositados en la tierra oscura de la muerte... yaciendo, con el viento frío y pertinaz que zarandea las flores depositadas junto a las cruces de piedra cubiertas de hierbas y musgo marchito.



Volvemos a la realidad y nos plantamos en el atrio del Monestir. Aquí se respira ya otro aire...


Col.legiata de Sta. María. Gerri de la Sal.

Junto al Monestir comienza un pequeño sendero que conduce en cuestión de media hora, a otro enclave pintoresco de esta zona. Se trata del Santuari de la Mare de Déu d´Arboló. Decido llegar hasta allí andando. El resto de la tropa, lo va a hacer en coche. Allí nos vamos a reencontrar dentro de un rato. 



El camino no tiene pérdida y resulta ser de lo más agradable.





A mi izquierda transcurre el río Noguera Pallaresa. Lo veo entre los árboles de ribera, con un rugido de caudalosa abundancia líquida.






La primavera se ha asomado plenamente a la ventana, así, de esta sencilla manera, se ofrece al caminante con esplendorosas colorimetrías.




El camino pasa junto a una gran roca con una atractiva oquedad que no dudo en ningún momento en esplorar, resultando un "agujerillo" de poca trascendéncia.




Me estoy acercando ya al pequeño Santuario de la Mare de Déu d´Arboló. Parece que el lugar ha sufrido hace unos pocos años algún pavoroso incendio. El edificio parece  mimetizado con el fondo de la montaña, integrado en el entorno y como invisible al pecador...




Este Santuario se encuentra dentro del antiguo término de Arcalís, del municipio de Estac. La actual iglésia es románica y construida en 1150, aunque ya aparece nombrada en el año 781.






Una nueva instantánea para reivindicar el recuerdo en este preciso lugar.







Concluida la visita, bajamos por una empinada rampa hasta encontrar un puente sobre el río Noguera Pallaresa y que nos llevará al otro lado.
El puente recuerda vagamente a aquellas pasarelas de vértigo que cruzan sobre los precipicios excavados por los impetuosos ríos del Himalaya y del Zanskar. Caminar sobre este puente produce un balanceo muy agradable e irresistible.





Ahora nos desplazamos a Rialp, otra población cercana a Sort. Aquí, al fondo de esta calle que respira profundidad, se encuentra otro singular  puente que cruza presuroso sobre el río Noguera Pallaresa.




Otro puente colgante cruza también el río. 



 
Abajo corretean presurosas las aguas del río, inquietas y vigorosas, con su espuma salpicando entra las rocas de su cauce.





En fin, una tranquila mañana para deambular por estos pasajes que consiguen entre otras cosa hacernos olvidar la rutina del quehacer diario.

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