16/8/14

LA VIDA EN EL CAMPO. EL HUERTO. PATATAS Y FRUTALES. EL CLORPROFAM. Breve reseña.

He ahí una extensión de secano, allá en la comarca de la Conca de Barberà, en la provincia de Tarragona. El suave vientecillo estival hace girar con monotonía el solitario molino.
Ha conseguido una buena orientación gracias a su timón de cola. El molino cumple su función, la de arrancar el agua de la profunda tierra.






Cerca del molino un pequeño huerto anima la reseca tierra. La simbiosis entre ambos es evidente. Ninguno de los dos tendría razón de ser ya que las lluvias escasean en la zona.




Toda alineación y todo orden debe confluir en la obtención de un producto de calidad. Y a la vista de este huerto, no nos cabe la menor duda de que al final, se van a cumplir todas las espectativas que se han planificado previamente.
El resultado será, indudablemente, una excelente producción.






El secreto de esta consecución viene determinada por una experiencia acumulada de años de previsión y tiempo, de observación, de fases, de errores...
Al final se obtiene una limitada producción de calidad. 




He ahí una ingeniosa aplicación para auyentar a los "depredadores" que pudieran merodear alrededor de tan preciado huerto. Con un recipiente láctico al que se le han practicado una serie simétrica de incisiones, se ha obtenido un subproducto muy útil. De este modo no ha hecho falta vestir con la indumentaria más estrafalaria a un cumplidor "espantapájaros".






Obsérvese este otro ejemplar en la cúspide de la producción. El ingenio en las más altas esferas de la imaginación.




El membrillero autóctono va a producir lo suficiente para satisfacer las necesidades anuales. En caso de disenterías agudas y esdrújulas el dulce de membrillo va a suponer la cura natural para el alivio intestinal.






Y  si el tiempo se estropea, la casa anexa se convierte en aliado. La tormenta y el frío intenso van a ser motivo para refugiarse en su interior.  
Y en verano, el emparrado ofrece sombra y uvas al alcance de la mano. Todo a la vez.






La recolección y almacenaje de patatas...








Este bote va a ser motivo de controversia en esta sección. Se trata de un producto para inhibir el grillado de las patatas en su almacenaje. El producto se espolvorea sobradamente sobre estas.
Obsérvese al detalle su composición... 





Las patatas como casi todos los tubérculos y muchos bulbos, al llevar almacenados cierto tiempo, superan la fase de latencia e inician un proceso emergente de raíces y brotes. En este proceso una parte de la humedad y energía almacenada en la patata se invierte en los nuevos brotes, razón por la cual en el proceso de almacenaje para conservarlas correctamente, se emplean polvos, cuyo uso está prohibido en agricultura ecológica.

El Clorprofam o Bud Nip (nombre comercial) es una sustancia química que se usa en la actualidad como regulador del crecimiento de las plantas o también como herbicida supresor del brote de malas hierbas en plantas como: alfalfa , lima , espinacas , remolachas , tomates , habichuelas , la caña de fruta , zanahorias , arándanos , ladino, trébol , ajo , semilla de la hierba , cebolla, cártamo, soja. 
El producto en sí tiene un nivel de toxicidad muy bajo, aunque una exposición diaria de (≥ 1.000 mg/kg/día) podría causar una reducción de la ganancia de peso corporal, disminución del hematocrito y hemoglobina, y el aumento de sangre reticulocitos. El problema principal de este producto viene cuando vemos su nivel de carcinogenicidad, ya que a pesar de que esta clasificado como nivel de carcinogenicidad E por la EPA, para uno de los metabolítos(4-cloroanilina) del compuesto en sí, no hay nivel de carcinogenicidad es estructuralmente similar al conocido carcinógeno compuesto 4-cloroanilina para el cual se dice según la EPA que una ingesta diaria por encima de los 0,03 mg/Kg podía causar cáncer.





Aquí dejo un vídeo que nos va a aclarar todo esto perfectamente.




Dejando atrás todo esto seguimos indagando y sorprendiéndonos...
El termómetro de temperatura constante envidia de Torriccelli, que aplicó en su momento una comercial avícola.




A falta de cristales, y emulando quizá aquellos fastuosos vitrales del medioevo,  el plástico de un saco de fertilizante de áureos colores, impide que el viento y la lluvia se cuelen al interior. 




El inmenso nogal va a proporcionar afortunadamente buenas nueces para contrarrestar las adversidades de la producción no decididamente ecológica.





Los manzanos repletos de rojas manzanas aportan una nota de color a este pequeño universo vegetal, que va impulsando día a día este solitario molino del que hacíamos mención al comenzar esta entrada.
La lluvia lo ayuda a veces. Otras es el único que contribuye a suministrar ese hálito necesario para su crecimiento y desarrollo..






Eso es todo. 
Cuidadito con las patatas y demás tubérculos.

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