27/8/16

VALDERROBRES (TERUEL). Recorriendo la Historia. Ruta Turística.


En medio del calor estival, una visita a la pintoresca población de Valderrobres, en el bajo Aragón, va a suponer un alivio mientras recorremos las sombreadas callejuelas que ascienden hacia la parte alta donde se ubica iglesia y castillo.
Un esforzado guía nos va a ir comentando toda una serie de curiosidades que soslayan y caracterizan el atractivo lugar, donde emergen, por otra parte, recuerdos de un tiempo pasado.






Las aguas del río Matarraña se deslizan suaves espejando el tenue reflejo de las casas que lo acompañan al cruzar la población durante esta tranquila mañana estival.










Se entra al casco antiguo por un puente gótico sobre el río. Es el impresionante puente medieval y el portal de San Roque. Pieza fundamental de su arquitectura e imagen perfectamente reconocible allí donde se mencione el pueblo. La construcción del puente parece estar en torno a 1390. 


 




El puente atraviesa la antigua puerta principal de acceso al recinto amurallado. A finales del siglo XVI este portal fue consagrado a San Roque, protector ante las epidemias y Patrón de la población, quedando hoy en día como uno de los portales mejor conservados de todo el conjunto.







Asomando al puente los vetustos balcones de fonda "La Plaza", una de las más antiguas de España. El edificio es un histórico caserón levantado en el siglo XIV, y punto de necesario recorrido para el viajero. La Fonda es un noble edificio medieval, por donde han pasado reyes, obispos, generales (el famoso general Cabrera tuvo aquí su morada durante su paso por Valderrobres), y muchos más personajes ilustres que anduvieron entre las robustas piedras que están repartidas por todo el caserón.



Fonda "La Plaza".


He ahí vetusta puerta que preside con orgullo el antiguo rótulo: "Casa de viajeros de Enrique Blanc".








Junto a la Fonda, la Casa Consistorial. Edificada a finales del siglo XVI. Pertenece a la misma corriente constructiva que la mayor parte de los ayuntamientos del Bajo Aragón y del Matarraña, como los de Alcañiz, La Fresneda y la Torre del Compte.
Es de piedra sillar, con tres plantas principales. En la planta baja, hay una lonja con arcos de medio punto, en cuyo interior se encuentra un habitáculo que se cree fue empleado como calabozo y bajando unas escaleras se accede a la antigua cárcel, de la que se conservan las gruesas puertas y las rejas.









Recorrido por las estrechas callejuelas que nos va a llevar junto al castillo que preside la población.


























Hemos llegado a la parte alta de la población. Nos recibe el imponente castillo cuya historia comienza a finales del siglo XII coincidiendo con la reconquista como torreón defensivo.
Hacia 1307 el arzobispo de Zaragoza se convierte en señor feudal de estos territorios e impulsa dicha construcción.

A finales del siglo XIV, el arzobispo García Fernández de Heredia comienza la transformación del castillo defensivo en un palacio episcopal. Reconstruye y amplía la planta baja, la primera planta y deja su sello personal en los numerosos escudos heráldicos que se encuentran en sus estancias. García muere asesinado en 1411, pero su tarea es continuada por sus sucesores en el cargo y muy especialmente por Dalmau de Mur, un arzobispo de origen catalán responsable de la reconstrucción de la segunda planta y parte alta del castillo.





Según avanzan los siglos, el edificio va deteriorándose y solo en algunas excepciones como lar reformas de Hernaldo de Aragón en el XVI o el sínodo diocesano de 1656, encuentran algo de su antiguo esplendor.






El golpe definitivo, lo da la desamortización de Mendizábal al pasar el edificio a ser propiedad del estado, lo que significa abandono, ruina y  expolio absoluto. 







En 1931 es declarado monumento nacional, pero las actuaciones para su reconstrucción no comenzarían hasta 1977, y en especial hasta los años 1982 y 1983, cuando se recuperan bóvedas y suelos de buena parte del antiguo palacio.
Hoy en día, el castillo de Valderrobres continúa buscando su antiguo esplendor, habiéndose convertido en un espacio para la cultura donde tienen lugar exposiciones, congresos, etc.



Salón de las chimeneas.


Exposición de xilografías de Salvador Dalí.


Salida de humos de la cocina.



El castillo está construido en torno a una roca natural fortificada para servir como elemento defensivo, y cuya cúspide aún puede verse asomando en su segunda planta. 




Galería superior del castillo.







Adosada al castillo, la monumental iglesia cuyas obras comenzaron alrededor de 1314 y continuaron hasta 1348. Este periodo abarca la prelatura de Pedro Lope de Luna como Arzobispo de Zaragoza y señor feudal de Valderobres. Este debió ser el gran impulsor de la construcción durante esta etapa. Su escudo puede verse aun hoy sobre la puerta que da acceso a la tribuna del templo.







La iglesia  es de una sola nave de salón, con tres tramos y capillas laterales en cada uno de ellos excepto en el segundo, donde está la portada.
Al margen de la estructura gótica original, destaca la gran talla de Cristo en la cruz que preside el altar y que esculpió el artista Paltor Voltá para la restauración de 1965.






Es de obligatoria visita el Museo de Valderrobres, edificio que fue de las antiguas escuelas de la población y cuya sala dedicada deleitará a buen seguro con sus recuerdos al visitante.
Abandonamos el lugar bien repletos de sensaciones, nostalgias y recuerdos de gran valía.
A buen seguro regresaremos en una próxima ocasión..



Valderrobres y su río Matarraña.



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