20/8/17

Por Tierras de ESCOCIA. LAS HIGHLANDS. De EDIMBURGO a THURSO, ISLAS ORCADAS, GLENCOE y GLASGOW. THE SCOTTISH HIGHLANDS. Ruta Turística.


Las atractivas tierras del norte de Europa, siguen despertándome cierto interés. Me voy acercando al Polo, lugar soñado para quien esto escribe, aunque queden todavía algunos kilómetros. Seguiré esperando y quizá ... algún día.
De momento las Highlands o Tierras Altas de Escocia intentarán cautivar mi mente. Veremos que nos deparan.


DÍA 1. EDIMBURGO.

Viaje en avión. Aterrizaje con cierto riesgo ya que la velocidad resulta excesiva. Por un momento me trago el asiento de enfrente pese al cinturón de seguridad. Pié a tierra... ¡suerte!.





Un flamante coche de alquiler marca Kía nos sirve para acercarnos al centro de Edimburgo donde pasaremos noche en un hotel nada recomendable, el "Sakura Hotel".






Después, vuelta de reconocimiento a la ciudad, que a primera vista se perfila un tanto oscura, no demasiado limpia y según por donde se vaya, llega al olfato un característico olor de comida frita poco agradable.
Muchos supers de hindús y paquistanís y calles con cierto abandono.








El Castillo de Edimburgo es una antigua fortaleza que compone uno de los lugares más emblemáticos de la ciudad, además de uno de los más visitados. Se alza imponente sobre la colina de Castle Hill ofreciendo unas majestuosas vistas del centro de la ciudad.
No da tiempo, así que ahí se queda.










Edimburgo programa en esta época muchos festivales. Tenemos ocasión de verlos por las calles ya que congregan gran cantidad de gente. Sorprende también observar muchos monumentos catedralícios cuyo interior se utiliza para fiestas y conciertos.








DÍA 2. PERTH - DUNKLEND - PITLOCHRY  - AVIEMORE

Nos dirigimos hacia las Tierras Altas de Escocia, las Higlands. 
Cruzamos el mar sobre enormes puentes de inverosímil ingeniería.


  

Nuestro primer destino es Perth, ciudad ubicada a orillas del río Tay, a la que llegamos después de una hora de conducción invertida.

   


El lugar más destacado, es la Abadía de Scone, hoy desaparecida, que se sitúa en lo que actualmente ocupa el Palacio de Scone.






Este es el lugar de coronación de los reyes escoceses durante la Edad Media. En ella se conserva la "Piedra del Destino" o "Piedra de Scone", sitial sobre el que tiene lugar la ceremonia de coronación.









Dicha abadía a su vez se levanta entre 1114 y 1122, en un lugar donde ya antes existían iglesias cristianas de los pobladores pictos.






Un grandioso parque con una exuberante arboleda de fastuoso verdor invita a recorrer las veredas que se van entrelazando.












Cerca de la edificación, encontramos el recinto de un cementerio dedicado a la Commonwealth War Grave. Tumbas cubiertas de musgo que recuerdan escenas de aquellas famosas leyendas escritas por Béquer. 








Obsérvese el tamaño de estas plantas. Parece remontarnos a la era paleozoica.






Abandonamos el recinto con un cielo ciertamente agónico, con nubarrones poco esperanzadores.
Pasamos por la población de Dunklen, Muy cerca de aquí se encuentra un Parque Natural, El Hermitage, al que no se duda ni un momento su visita ...






La historia nos habla de los duques de Atholl, los cuales vivían en el castillo de Blair, en Pitlochry, localidad donde nos dirigiremos luego. Estos aristócratas tenían una residencia de invierno en esta zona de Dunkeld. Decidieron potenciar el entorno natural y crear paseos inolvidables para sus invitados, de 1738 a 1830 plantaron miles de coníferas alrededor de Dunkeld.
Unos siglos más tarde, los gigantescos árboles se han adueñado del terreno y han creado una atmósfera impresionante.









El camino transcurre junto al río Braan. Grandes arboles se levantan a ambos lados con una altura que se pierde en la distancia. Son los abetos de Douglas, que crecen hacia el cielo muy lejos de su hábitat natural, en Canadá y Estados Unidos.







El agua cae en grandes cascadas por desniveles profundos y sorteando grandes bloques de roca.
Esta es la de Black Linn Fall.









Más adelante encontramos la Ossian’s Cave, una oscura cueva de piedra construida en 1760 por el tercer conde de Breadalbane.

Cuentan que, durante un tiempo, intentó encontrar a un ermitaño que quisiese vivir aquí. No tuvo éxito, y hoy la cueva descansa devorada por el musgo y la humedad.









A árbol caído, tronco aprovechado. La gente clava monedas para no se sabe que cosa. Con unos buenos alicates quizá se saque buena tajada...








Más adelante sorprende encontrar un tótem de madera entre los árboles. Lo talla un grupo de indios canadienses, los Squamish, usando la madera de abetos de Douglas caídos en el Hermitage, y representa un águila con dos salmones por alas. Uno de los salmones tiene un diseño picto, y el otro, Squamish.




The Hermitage es un maravilloso lugar de visita obligada que abruma los sentidos con esa intensidad que solo la naturaleza sabe hacerlo.








De Dunkeld a Pitlochry hay un un trayecto de unos 20 minutos. Damos una vuelta por la población, típica estampa de casa escocesa, con unas cuantas tiendas, algunas con cierto tipismo.












Finalizamos jornada en la población de Aviemore, donde llegamos cuando comienza a oscurecer. Nos alojamos en otro hotel que será mejor olvidar, mucho peor si cabe que el primero, el Mackenzies.



DÍA 3. INVERNESS - THURSO 


El tercer día de viaje amanece con un desayuno bastante triste y exiguo. Mejor seguimos viaje... 
Carreteras estrechas y con mucho tránsito es lo que caracterizan estas jornadas que van discurriendo a medida que subimos hacia las tierras del norte.
A un lado de la carretera se alza una construcción aislada de cualquier población. Decidimos detenernos para admirar esta gran "church".
Pero cual no sería nuestra sorpresa cuando de repente comienzan a salir niños y muchos padres llegan para recogerlos. El lugar se ha adecuado como ¡guardería escolar!....





Seguimos ruta, improvisando en los sitios que mejor pueden ofrecernos un rato de curiosidad.
Llama la atención de vez en cuando encontrar señalizaciones de tipo "Forest Walk", es decir, paseos por el bosque. En uno de estos, decidimos detenernos y hacer un pequeño recorrido. Es el de Tain Hill.






El ambiente húmedo debido a la lluvia reciente, le da al paisaje un tono especial. El recorrido es circular, muy agradable y tranquilo.








El camino sube hasta una pequeña colina donde puede verse una dilatada vista de mar y montañas lejanas.






Regresamos al coche y seguimos ruta. Llegamos a Inverness, pero el tránsito, la gente y el no encontrar aparcamiento para el coche, hace que sigamos adelante.
Hemos llegado aquí en mal momento por lo que pronto lo dejamos atrás ...
Deseamos más tranquilidad y menos agobio.
Y la encontramos en otra población que casualmente improvisamos en nuestro particular itinerario. Es Dornoch.
Calles agradables, tranquilas, castillo-hotel y una catedral que no utilizan ni para fiestas ni para guardería infantil. 






Gilberto de Moravia que se convirtió en obispo de Caithness en 1222, decidió construir su catedral en esta población de Dornoch y costearla  el mismo.






En su interior destacan admirables y magníficos vitrales con escenas religiosas y hechos acontecidos.












Al lado de la catedral un cementerio de tapias bajas, permiten contemplar diferentes tumbas muchas de ellas cubiertas de ese musgo que confiere un aspecto, diría ... extraordinario.







No teniendo más que ver aquí, seguimos ruta hacia el norte. A unas 13 millas (ojito), justo al lado de la carretera, encontramos también casualmente el indicador de entrada a un castillo, el castillo de Dunrobin
Una gran avenida flanqueada de grandes árboles, da acceso a una edificación colosal construida siguiendo unos cánones concebidos por una poderosa realeza.
La fachada principal sobrecoge al admirarse por primera vez.
En la torre más alta, está la entrada, rodeada de otras torres redondas y un gran reloj .








Rodeamos el castillo y entonces surge esa magia misteriosa y sublimante que te deja boquiabierto.
La vista no puede acaparar unos enormes jardines que datan de la mitad del siglo XIX , diseñados por el arquitecto Sir Charles Barry. Al fondo llega bravío el rumor del oleaje del mar del Norte





La disposición de sus fuentes, los ornamentos colocados estrategicamente, su vegetación perfectamente acomodada y su enorme extensión –más de 550 hectáreas– lo hacen un lugar mágico.
Cientos de especies florales conviven en este espacio inspirado en los jardines de Versalles, cuyo exquisito estilo victoriano logra deleitar a quien lo contempla.






He ahí la parte de Dunrobin que mira al mar...







Construido durante el siglo XIII, desde entonces ha servido como el hogar de condes y duques de Sutherland, los cuales fueron una de las familias más poderosas del país durante siglos, por lo que no se escatimaron ni esfuerzos ni recursos para su edificación.
El aspecto actual de esta fortificación data de mediados del siglo XIX, y está considerada como la residencia más grande del norte de Escocia.









El castillo tiene 189 habitaciones y aparte de los grandes salones, tiene una impresionante biblioteca con más de 10.000 libros. La mayor parte del interior del palacio fue destruida por un incendio en 1915.






A finales de los 60 y durante siete años, el castillo fue un internado para chicos. Se supone también de la existencia de presencias fantasmales.
La actual propietaria es Elizabeth Janson, condesa de Sutherland, que heredó el castillo en 1963.
El castillo cierra a eso de las 5 de la tarde por lo que ha sido imposible entrar en su interior. Nos contentamos con admirar el recinto por todos los ángulos posibles y disfrutar de los jardines.





Muy a nuestro pesar, abandonamos el lugar ya que nos quedan todavía bastantes millas para llegar a nuestro destino.
Ahora nos enfrentamos a una solitaria carretera que remonta hacia un puerto de montaña. Una espesa niebla que no logramos disipar nos obliga a una velocidad mínima. También llovizna débilmente.






Al final dejamos atrás el puerto y volvemos a detenernos justo al lado de la carretera. Allí sobre una loma se adivinan las lápidas de otro cementerio de la Commonwealth War.






Mirando al mar reposan los restos de los combatientes. A esa hora de la tarde neblinosa , el solitario recinto rodeado de una tapia de piedras, sobrecoge ... 










El día agoniza cuando llegamos a Thurso, final de nuestra etapa de hoy. Mientras sacamos nuestras maletas del coche, una infinidad de cuervos revolotean lanzando graznidos sobre las casas de la población. Hay un gran número de ellos. No puedo dejar de recordar un film ...
Nos alojamos en el "Royal Hotel"  y a pesar de las moquetas de cuadros escoceses que están por todas partes, nos hospedamos mas o menos decentemente.
¡Ojito! a las 9 de la noche todo se cierra, restaurantes incluidos.



DÍA 4. THURSO - JOHN O´GROATS - ORKNEY ISLANDS 


Nos encontramos al norte de las Highlands. Cuando nos levantamos por la mañana podemos ver desde la ventana de la habitación la ciudad triste y lluviosa.
Esto se pone interesante...








Desayuno poco completo, en la línea habitual y coche para descubrir nuevos paisajes norteños.
Vamos a dirigirnos a la población de John O´Groats para tomar un ferry y poder ver una de las islas Orcadas. Pero como siempre nos detenemos a la primera ocasión para admirar landscapes. Esto es Dunnet Bay, norte de Scotland









Próximo destino, el The Castle and Gardens the Mey. 
Fue construido en el siglo XVI por George Sinclair, el cuarto conde de Caithness, en el lugar de una antigua fortificación. 

El castillo estaba en ruinas cuando, en 1952, la Reina Isabel, Reina Madre, viuda del Rey Jorge VI del Reino Unido, que había muerto a principios de año, lo compró. Esta comenzó a restaurar el castillo como segunda residencia. Lo visitaba regularmente en agosto y en octubre desde 1955 hasta que murió en 2002.








En julio de 1996, la Reina Madre cedió la propiedad a la Fundación del Castillo de Mey, y se ha abierto el castillo y el jardín al público, de manera regular, desde su muerte. 
Aquí frente al mar unas reses pacen en un ambiente sosegado y lluvioso.








Según dicen, el castillo está encantado por la Dama Verde, el fantasma de la hija de Jorge V conde de Caithness, Isabel Sinclair. Esta se enamoró de un labrador del pueblo, y la chica infeliz fue encarcelada por su padre en el ático del castillo. En un momento de desesperación, se tiró por la ventana.
Desde entonces sigue vagando por sus estancias...






Sigue lloviznando cuando llegamos a John O´Groats. Aquí son características estas casas.








El famoso poste indicador de final de camino es propiedad privada y se prohíbe hacer fotos. Para obtener una foto, hay que pagar. Muchos creen equivocadamente que el poste indicador es un servicio público ya que este se desmonta cada noche. En efecto veo que hace unos años era así y estaba incluso cercado por una cuerda. Supongo que aquello no tenía sentido y ahora es completamente libre.






Nos vamos de expedición. Este ferry nos va a llevar durante casi un par de horas a rodear una de las islas Orcadas, actualmente deshabitada, la de Stroma.






El archipiélago de las Orcadas está situado a 16 kilómetros al norte de la costa de Caithness, y comprende aproximadamente 70 islas, de las cuales solo 20 están habitadas.







El viento del norte azota los rostros, húmedo y furioso a medida que nos vamos acercando a la isla de Stroma. A lo lejos se perciben sobre la loma algunos de los edificios abandonados. 






A comienzos del siglo XIX, alrededor de 170 personas vivían en Stroma. Se dedicaban a la agricultura, la ganadería y la pesca, siendo importantes las capturas de langosta y bacalao. Además de las exportaciones agrícolas, también exportaron losas de pizarras y turba para ser quemada como combustible.







Los habitantes de Stroma eran altamente autosuficientes y muchos practicaban oficios tradicionales como carpintería o albañilería. Construyeron sus propias casas y barcos, produjeron la mayor parte de su propia comida, mantuvieron el equipo de la granja, e hicieron sus propias ropas, botas y zapatos.





A finales del XIX había incluso tres tiendas, escuela, iglesia...
Pero el paso del tiempo, inexorable hizo que año tras año, sus habitantes abandonasen el lugar.
He ahí el interior de una de las viviendas de la isla.







En 1890, se construye un faro en el extremo norte de Stroma. Sólo fue operativo durante seis años antes de ser reemplazado por otro.
En 1997, el faro se automatiza y actualmente su rango  de luz parpadea en blanco cada 20 segundos y se puede ver desde unos 48 kms.






El mar, encrespado en la tarde neblinosa, permite contemplar sobre las rocas de los acantilado grandes concentraciones de mamíferos de la especie "leones marinos".





El patrón va acercando el barco a los altos acantilados que encierran la isla. Comienza ahora un espectáculo realmente impresionante.













En este lugar, el mar permanece ahora en calma. Esto ha permitido un acercamiento a prueba de emociones. El patrón detiene el motor y un silencio magnífico flota en el ambiente. De los estratos superiores caen enormes gotas de agua sobre el casco del buque.





El lugar es agreste y desalmado y por este motivo, entre 1830 y 1990, naufragan en sus costas alrededor de 560 barcos.



El Bettina Danica, 1993

En 1931 un carguero danés de 6.000 toneladas, el Pennsylvania naufragó en la isla vecina de Swona. Gran parte de su carga fue saqueada por los habitantes de Stroma, Swona y South Ronaldsay y escondida entre cultivos, pajares, lagos y cuevas.






Estamos prácticamente al pié de los acantilados. Aquí sorprenden los tonos de color de estas rocas.






Y una maravillosa colección de estratos y losas de pétrea formación horizontal.






Nos alejamos definitivamente. Allá en la lejanía permanece el mudo testigo de otra época que dejó de existir hace ya muchos años...






El barco enfila de nuevo hacia John O´Groats. En la proa un  fuerte viento de alta mar, precursor de aventuras inimaginables...





Regresando a Thurso aún dedicamos algunas paradas del recorrido a explorar algunos lugares de la costa norte.
Extensas lomas herbáceas ocultan la costa solitaria y neblinosa.








Nos detenemos luego en un pequeño núcleo de casas, Castlehill, con un pequeño puerto donde la marea se encuentra ahora en su nivel mas bajo.









El lugar, años ha, mantuvo una floreciente industria de losas de piedra. En muchas de ellas se encontraban fosilizados animales de la era primaria. Celacantos y otros peces quedaron ahí para la eternidad.







Cerca de Thurso otra parada para contemplar una edificación, al parecer algo abandonada y a la que un cartel impide el paso, que ofrece unos aires de realeza de atractiva curiosidad.








DÍA 5. THURSO - LAIRG - LAGO NESS - FORT WILLIAM - ROYBRIDGE.

Abandonamos Thurso para dirigirnos ahora hacia el sur. 
Al principio vamos bordeando la costa por una pintoresca carretera.




A cada paso nos vamos deteniendo para observar magníficos paisajes. Ahora enfilamos dirección a Lairg.










Al fondo el lago Assynt. La ruta nos lleva a recorrerlo cercano a sus orillas.






Horizontes desérticos y solitarios, y una estrecha carretera que solo es viable en un solo sentido.
Es pura naturaleza.






Nos detenemos junto al lago. Es un momento de conexión, y nos sorprende una cosa que percibimos al momento, el silencio.
Es un silencio infinito, eterno, magnífico. El tiempo parece haberse detenido. No se escucha nada. Sólo se percibe en ocasiones el suave aleteo de algún pequeño insecto. Nada más. Nunca habíamos experimentado la sensación de una ausencia silenciosa tan intensa.
Permanecemos en el lugar algunos minutos escuchando a la más absoluta calma...








Mas adelante, una pequeña casa en la misma orilla del lago, invita a un reposo espiritual digno de un santo.






La quietud de sus aguas es todo un espectáculo.






Nuestro GPS twonav, al mando de la ruta, nos va indicando a la perfección el camino a realizar.






Después de Laig siguiendo el itinerario comenzaremos a encontrar el lago Ness de fama conocida pero de rápida evasión ya que no deseamos compartir los complejos turísticos que lo bordean ni los numeroso turistas que llegan hasta aquí.
Por tanto seguimos adelante.







Nos detenemos sin embargo cerca de las ruinas del castillo de Urquhrat, a orillas del lago, cuya visita requiere algunas libras. Al ser mas de las 5 de la tarde, ya han cerrado el acceso. Bueno... pues... ¡ahí se queda!.







Más adelante y después de recorrer una buena parte de los 40 kms de longitud que mide el lago, llegamos a Fort Augustus, localidad de unos 700 habitantes.






El Canal de Caledonia atraviesa la población. Aquí puede verse el sistema de esclusas que permiten la navegación por el canal que conecta la costa oriental en Inverness con la costa occidental cerca de Fort William. Tiene una longitud de unos 100 kilómetros y une el Océano Atlántico con el mar del Norte. Solo un tercio de su recorrido es artificial, puesto que el resto está formado por los lagos Ness, Dochfour, Lochy y Oich. 










El lugar, por su localización privilegiada, permite una exclusiva panorámica del lago Ness.




Va cerrando la noche cuando después de recorrer una estrecha carretera en un ambiente algo lluvioso, llegamos a nuestro destino, la población de Roybridge y el hotel "Stronlossit Inn".
Y por primera vez, el lugar es extremadamente confortable. ¡Por fin podemos descansar de lujo!. 









DÍA 6. FORT WILLIAM - GLEN COE - LAGO LOMOND - LUSS - GLASGOW 

Después de un buen desayuno, salgo al exterior del hotel.






Reina gran humedad en el ambiente ya que la noche anterior ha llovido bastante. Las montañas del fondo aparecen cubiertas, etéreas y grisáceas. 







Tomamos la A86 y nos dirigimos hacia Fort William, población cercana al Ben Nevis, la montaña más alta del Reino Unido con 1345 mts. de altura.
Aquí la podemos ver al fondo de una típica destilería escocesa.






Fort William es una población situada al lado de un estuario o fiordo, el loch Linnhe de 15 kms de longitud, con una anchura media de 2 kms. Aparte de esto, no hay muchas cosas que ver, bueno si ... la lluvia que comienza a caer con cierta insistencia.






Salimos de la localidad en dirección a uno de los  valles más bellos de Escocia, el de Glen Coe.
Comienza a llover, a veces con gran intensidad y en otras, es apenas perceptible. Las nubes se deslizan entre montañas y lagos creando un paisaje magnífico.
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El Glen Coe  se encuentra en la zona sur de Lochaber. El estrecho valle  aparece espectacular al acercarse desde el este por la carretera A82.  El núcleo de población más importante es el de Glencoe, y como no, todo lo cruza el río Cloe.








Vuelve a llover con fuerza cuando nos detenemos en The National Trust of Scotland, una entrada al Parque Natural, para hacer un pequeño recorrido por la zona.
Imposible salir. Llueve a raudales. Aprovechamos para comer dentro del coche (el súper es una buena opción para comprar víveres (lo mas sanos posibles tipo ensaladas variadas, etc.) y poder viajar sin depender de horarios y restaurantes).
Media hora mas tarde parece que va cesando la lluvia. Nos internamos por un sendero para recorrer un pequeño tramo del Parque.










El sendero embarrado es vivificante para el anfibio que con inusitada curiosidad, permanece inmóvil a nuestro paso.






El espectáculo de esta naturaleza es realmente magnífico. Mi mente se desvanece y me acerca a lecturas de lejanas exploraciones africanas, a Stanley recorriendo el río Congo...






Las nubes bajas se arrastran entre las montañas a jirones desvanecidos, en formaciones de parecido fantasmagórico envolviendo el horizonte con grisáceas tonos.





Volvemos al coche ya que la lluvia vuelve a hacer acto de presencia. Seguimos recorriendo el gran valle y admirando con sorpresa la gran belleza del entorno.
Se dice a menudo que el nombre Glen Coe significa "Valle del Llanto", quizá como referencia a una histórica Masacre, la de Glencoe acaecida en 1692. 






El profundo valle y las elevadas montañas se formaron hace millones de años por glaciares de hielo y explosiones volcánicas.
La carretera que cruza el valle, atraviesa el corazón de un antiguo volcán que cinceló con terribles explosiones los escabrosos picos de las montañas.






Nos detenemos junto a la carretera para plasmar otra instantánea de lujo. Y es que abruma tanto el magnífico paisaje que la mirada se pierde en infinitos horizontes. 








Un poco mas adelante volvemos a detenernos junto a un viaducto de la carretera, donde se encuentra una bonita "waterfall", cascada.






Es The Meeting of Three Waters. Entre las nubes y la lluvia, el agua cae estrepitosa e indomable por entre las aristas rocosas de su lecho.







El valle de Glen Coe es uno de los lugares más extraordinarios de Escocia. Ha aparecido incluso en películas de James Bond, como "Skyfall", así como en varias de las películas de "Harry Potter".
A la salida del valle, detenemos el coche por última vez para contemplar todo lo que hemos dejado atrás ...





Un mundo de nubes y nieblas, encerradas y agazapadas en un paisaje de soberbia belleza. El valle de Glen Coe ha sido uno de los más bellos paisajes contemplados en este viaje.








Seguimos ruta, aún extasiados por la contemplación, cuando descubrimos junto a la carretera el indicador de otra "waterfall". En vista del éxito no se duda ni un momento.
Una senda junto al un caudaloso río lleva en pocos minutos al destino final...





La Falloch Falls waterfall, sorprende por su magnífica caída y por el entorno donde se encuentra.
Infinitas gotas de agua me salpican el rostro, y mi mente se aleja de nuevo hacia las lejanas montañas africanas del Ruwenzori con selvas impenetrables y ríos caudalosos cuyas aguas van a parar a lagos fantásticos.
El estruendo de la cascada termina con la ensoñación. En este lugar frondoso el tiempo parece detenerse y escapar de la realidad...





Seguimos ruta vadeando durante muchos kilómetros el lago Lomond, el más grande de Escocia de 37 kms. de longitud y 8 de anchura, situado dentro del Parque Natural Lock Lomond y los Trossachs
La lluvia vuelve a ser una constante y nos impide ver los magníficos parajes por donde vamos pasando. La carretera es estrecha y llena de curvas, y con un tránsito abundante.






Dejamos la A82 para acercarnos a la pintoresca población de Luss. Casas bien dispuestas con una arquitectura preciosista y muy bien organizada y una buena situación junto al lago Lomond.







El edificio más destacado es la iglesia, construida en el siglo XIX con un techo de vigas de pino escocés y unas vidrieras victorianas muy interesantes.





Desde la tapia del cementerio pueden verse multitud de lápidas de piedra cubiertas de verde musgo, dando la impresión que son muchos los años transcurridos desde el óbito de los yacentes.






Llovizna a esta avanzada hora de la tarde solitaria, en este entorno de quietud y de sensaciones especiales.







Profundo silencio, la lluvia que cae lentamente se escucha levemente sobre las hojas. Soledad, recuerdos...






Nos vamos de Luss cuando las últimas luces del día comienzan a desaparecer. Nuestro destino, la ciudad de Glasgow.
Llegamos al lugar con la ayuda precisa de nuestro Gps Twonav. Hospedaje en el "Glasgow House". De nuevo, un alojamiento bastante desastroso, con aires de pensionado. 



DÍA 7.  GLASGOW 


Después de hacer una incursión al aeropuerto de la ciudad para conocer la ruta que deberemos realizar al día siguiente muy temprano, nos vamos al centro de Glasgow.
Por lo que podemos observar la ciudad está bastante sucia, imperando cierto abandono en las calles.
Utilizamos para ir al centro la única línea de metro que rodea la ciudad.







Estamos en el centro de la ciudad con mucho tráfico y gente. Ya echo de menos la tranquilidad que disfrutamos los días anteriores.





Entramos en una cafetería para tomar algo. Es una cafetería singular ya que en una parte se sirven cafés y comida rápida, y en la otra, una mujer da un discurso de contenido moral o religioso ...





De nuevo en el exterior, deambulando por la ciudad...






Nos encontramos con la actuación de un grupo de música escocesa con gaitas y percusiones. Su nombre es "Clanadonia", y comenzaron como un grupo que hacía presentaciones de combates para programas de televisión y películas, y participaron en largometrajes como Braveheart y Gladiator.






Aquí dejo un vídeo con la actuación en una de las calles de Glasgow:







Visita obligada, la Catedral. Junto a ella una gran necrópolis que se extiende encaramándose por una colina, y que no nos atrae lo más mínimo.








La catedral es también conocida como High Kirk de Glasgow o la catedral de San Mungo, cuya tumba se encuentra en su cripta.







Esta es la única catedral medieval de Escocia que sobrevivió a la reforma protestante de 1560. La parte más grande del edificio actual data del siglo XV, pero algunas partes fueron construidas mucho antes, hasta en el siglo XII.









De nuevo en el exterior, una estatua del gran explorador Henry Morton Stanley magnifica el lugar.
Por fin he encontrado el motivo de mis ensoñaciones a las lejanas selvas africanas...






Damos algunas vueltas más por la ciudad. En una céntrica plaza, hay una concierto organizado por alguna entidad religiosa protestante. He ahí un vídeo de un grupo de rock ... 







Y finalmente regresando de nuevo a aquella cafetería que tanto nos había sorprendido al principio nos encontramos que esta entidad religiosa hace una fiesta de Rock a Billy en la que participan, como tiene que ser, jóvenes con vestuario acorde a la época. 







Nada más, a cenar un poco y a dormir. Mañana a las 5:30 tenemos que estar en el aeropuerto para dejar el coche y embarcarnos hacia nuestro destino.


DÍA 8. FIN DEL VIAJE

A las 4:30 suena el despertador. Demasiado pronto, pero no hay tiempo que perder. Nos vamos al aeropuerto al que llegamos sin incidencias. Desde aquí, regresamos a nuestro destino cargados con todas las experiencias vividas durante estos siete últimos días.





Ruta realizada.


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