14/4/18

EL DELTA DEL EBRO, ENTRE EL CIELO Y LA TIERRA. Por ¨El Trabucador" y la "´Punta de la Banya¨. 1ª PARTE.


Un poco avanzada la tarde llegamos a uno de los parajes naturales mas interesantes de la desembocadura del Delta de l´Ebro.
Pasamos por la pequeña población de "Poblenou del Delta". En esta ocasión apenas nos hemos detenido y siguiendo la estrecha carretera que nos lleva hasta la "Platja del Trabucador", se llega a la zona de las "salines de Sant Antoni", lugar donde puede admirarse una vasta panorámica del entorno deltaico.





Aquí confluyen numerosísimas especies de aves que han encontrado su hábitat ideal entre lagunas de salitre y dunas litorales.
Al fondo pueden verse extensas colonias de flamencos, patos, gaviotas, y demás fauna ornitológica.
Decidimos seguir con el coche hasta el final de la barra del Trabucador. Aquí finaliza el trayecto en coche, junto a las "Salines de la Trinitat" y comienza la llamada "Punta de la Banya".
Hace unos años, en 2011, realizamos una excursión en esta zona que queda explicada en este enlace:


A partir de aquí comenzamos un tranquilo paseo al borde del mar en dirección a un mirador que se vislumbra lejano, entre el neblinoso horizonte y a una media hora de distancia.
A nuestra derecha puede verse la "serralada del Montsià" mientras el sol comienza lentamente a declinar.





Se advierte su presencia difusa detrás de unas franjas de nubes que se extienden más allá de las montañas.
Vamos por la orilla del mar inmenso mientras las olas se desvanecen constantes sobre la arena.
El rumor del mar es inmenso, apocalíptico, grandioso. El lugar un extenso desierto de horizonte infinito y solitario.
De vez en cuando las olas han arrancado la arena de la playa dejando al descubierto grandes rocas que han estado sepultadas durante años.




El aire húmedo de la tarde llega hasta nosotros envolviéndonos con un suave olor a sal.
El sol en su ocaso ha cruzado las nubes del horizonte y nos brinda un espectáculo magnífico sobre las montañas lejanas.







Es un momento de encuentro mental, de evasión, de regreso a ensoñaciones latentes en el subconsciente de nuestros propios genes.
Es un magnífico cuadro donde se plasma y entrelaza todo el esplendor de la creación desde sus orígenes.
Y de repente, del horizonte lejano del mar, va ascendiendo  con una sutileza esplendorosa una columna con toda la gama y frecuencia de colores que el ojo humano puede ver.
Un magnífico arco iris se está formando lentamente en el cielo creando un semicírculo perfecto.
Si observamos con mayor precisión puede incluso verse otro arco iris doblando al primero.
Sin duda es la unión perfecta entre la tierra y el cielo. 




Esta visión hace que me vengan a la memoria imágenes de lejanos mundos donde impera una extraña realidad entre sensaciones de aires apocalípticos y remotos.
Estamos asistiendo a un espectáculo de tal majestuosidad que sin duda, no vamos a olvidar.
Los colores del arco iris podrán observarse durante unos quince minutos. Luego como por arte de magia, se van a  desvanecer como lo hacen los sueños en nuestra mente.





Decidimos regresar sin haber llegado a ningún lugar concreto. El aire y el rumor intenso del oleaje ha envuelto este tiempo detenido ante la mirada atónita de los sentidos, reflejo de una magnífica experiencia que perdurará hasta el fin de nuestros días.






Aquí dejo un vídeo de este irrepetible momento.





Puede verse la 2ª parte de estos momentos trascendentales de existéncia en este enlace:

https://franclips.blogspot.com.es/2018/04/el-delta-del-ebro-entre-el-cielo-y-la.html



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