3/7/15

PELS VOLS DEL PAPIOL. LES ESCLETXES, VALLDOREIX, MASIA CAL MONTMANY, ERMITA DE LA SALUT, PUIG MADRONA. RUTA NOCTURNA. SENDERISME

Nos encontramos una vez más en la población de El Papiol, en el Baix Llobregat, Barcelona. En esta ocasión, para realizar una ruta nocturna aprovechando la luminosidad que la luna llena de principios de julio tiene a bien obsequiarnos.
Dejamos los coches aparcados en la calle junto a las últimas casas de la población. 
En el momento que bajamos de los coches, se asoma por entre la espesura de un deteriorado vallado, la cabeza de una mujer de mediana edad que nos dice:
- No dejéis los coches aquí, que tiene que venir mi hijo y tiene que descargar. 
La miramos extrañados y le contestamos...
- ¡Señora! ¡Aquí no hay ningún vado!.
- Mi hijo tiene que descargar- nos vuelve a comentar.
Con notoria perplejidad, decidimos aparcar en otro lugar. Así cuando llegue el hijo, podrá "descargar" sin problemas. A partir de este momento, la frase será la comidilla de toda la ruta.
Y la comenzamos, viendo que el sol se va diluyendo lentamente en el horizonte, tamizando con amarillentos tonos. Son las nueve de la noche.






En primer lugar nos dirigimos a las famosas "escletxes", interesantes paredes rocosas donde practícase la escalada. 
Ya en una anterior ruta visité el lugar:





Les "escletxes" del Papiol.



Abandonamos el curioso lugar y comenzamos a ascender por amplia pista. En el horizonte se puede admirar un magnífico y plácido ocaso.




Ahora un sendero nos va conduciendo hacia la parte alta de la loma. Lentamente el ambiente se va cubriendo de sombras.




Admírase a lo largo de este sendero un perfecto muro de piedras perfectamente colocadas, a lo largo de más de un centenar de metros. Algunos bloques del muro son de un tamaño considerable.




La noche ha caído finalmente sobre el bosque. Buscamos la luna en el horizonte, pero ni rastro de ella.




Allá a lo lejos podemos ver las luces de la población de Valldoreix. La temperatura a pesar de ser bastante elevada, resulta sumamente agradable.




En el cielo destacan dos pequeños puntitos brillantes, cercanos, parpadeantes. Son Júpiter y Venus.
Y nuestra luna, no aparece...




Nos encontramos prácticamente al lado de Valldoreix. Podemos escuchar los ladridos de los perros de las casas cercanas como penetran en la oscuridad de la noche. Y digo bien, oscuridad, ya que la luna sigue sin dar señales.




Pequeña pausa para hidratación. Si uno no tiene sed, parece que los demás tampoco la vayan a tener; pero no es así, a veces hay que imponerse para hacer la pausa bebible.






Noche cerrada y la luna llena sin aparecer por ninguna parte. Gracias a frontales y demás alumbramientos, seguimos el camino llegando a una gran construcción, Cal Montmany. Por este lugar ya pasé en otra de las rutas realizadas: 


Cal Montmany.

La gran edificación parece solitaria, envuelta por la negrura de la noche. Pero allá, en una de sus ventanas asoma una tenue luz. A  buen seguro el lugar ofrece excelente reposo a los moradores del lugar.
Sería fantástico pasar una noche aquí y no digo si esta incluye una buena tormenta.




No nos detenemos ni un instante, y seguimos adelante ascendiendo en dirección a la ermita de la Salut
En nuestros comentarios sigue asomando la mujer del aparcamiento: "No ponga el coche aquí que mi hijo tiene que descargar"...




A través del oscuro bosque hemos llegado finalmente a esta magnífica construcción románica que es la ermita de la Salut. Aquí dejo el enlace de una ruta anterior:
http://franclips.blogspot.com.es/2014/01/el-papiol-ermita-de-la-salud.html

Son cerca de las once de la noche y todavía no hemos cenado, pero decidimos subir a la cima del Puig Madrona y hacerlo allí.


Ermita de la Salut.

Después de un sudoroso ascenso por empinadísimo y constante sendero hemos llegado a la cima. Aquí, al pie de una torre de vigilancia contra incendios, cenamos como unos señores.
Hay cerveza, "coca de vidre", bocatas y abundancia de fruta. Todo un mercadillo gastronómico.





Y aquí en lo alto, disfrutando de un inmenso panorama vemos por fin asomar la luna. Evidentemente algunas nubes han ocultado su orto y no ha sido hasta ahora que se ha levantado firme en el oscuro horizonte.




Las luces de diferentes poblaciones destacan a lo lejos. En la cima de la montaña, el Templo del Tibidabo.




Una vez terminada la cena, descendemos del Puig Madrona por un  fantástico sendero entre los árboles. La pendiente, extremadamente pronunciada hace que el descenso tenga que hacerse con mucha precaución. 




Hemos llegado al final de la bajada. Ahora seguimos por un camino que nos va acercando a nuestro destino.
Nos vamos preguntando si el hijo de la vigilante señora del Papiol habrá ya aparcado su coche al lado de su casa y habrá descargado el material.
Mientras lo pensamos, vamos observando que la luna ha vuelto a ocultarse detrás de unas nubes que disipan completamente su luz. Esta noche la luna no ha sido precisamente buena compañera, pero gracias a los frontales, podemos prescindir de ella.




El track de nuestro gps nos va, hora acercando, hora alejando de nuestro punto de destino. Ahora pasamos cerca de una riera y nos llega el aire fresco de la noche y el olor a humedad. 
Y la última sorpresa de la ruta antes de llegar de nuevo a las "escletxes", un tramo en ascenso por un sendero de recovecos rodeados por zarzales que van pillando todo lo que pueden al acercarnos peligrosamente a sus dominios.
Atravesamos las altas paredes rocosas de les "escletxes" y ya tenemos la población del Papiol a un centenar de metros.


Les escletxes.

Son las dos menos cuarto de la madrugada cuando damos por finalizado nuestro interesante recorrido.
Han sido 11,72 kms. del itinerario realizado por un tal deandar,  al que se le agradece su track.
Y un dato importante, hemos seguido la ruta en sentido inverso a su trazado.
Aquí dejo el enlace.


Ruta realizada.

* Al pasar cerca de la casa del hijo que tiene que descargar, no vemos ni rastro de la mujer que asoma la cabeza entre las matas de su vallado y que prohibe aparcar frente a su casa porque aquel, tiene que descargar.
¡Que suerte la suya que siempre tiene lugar para dejar el coche!.

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